Tú, nos regalas el perdón

Tú nos regalas el perdón.
No nos pides de negociarlo contigo a base de castigos y contratas.
<<Tu pecado está perdonado. No peques más. Ve y vive sin miedos.
Y no cargues el cadáver de ayer sobre tus espaldas>>.

No nos pides sanear la deuda impagable de haberte dado la espalda.
Nos ofreces una vida nueva sin tener que trabajar abrumados por la angustia, pagando los intereses de una cuenta infinita.

Nos perdonas de todo corazón.
No eres un Dios de tantos por ciento en el amor.
<< A este setenta y cinco, y al otro sólo veintitrés>>.

Hagamos lo que hagamos, somos hijos cien por ciento .
Tu perdón es para todo el mundo.

No solamente te cargas a la espalda la oveja perdida,

sino también al lobo manchado con la sangre del cordero.

Perdonas siempre.

Setenta veces siete sales al camino por acoger nuestro retorno,

sin cerrarnos el rostro ni congelar la sonrisa ni racionarnos la palabra

por nuestras fugas repetidas.
Con el perdón nos das el gozo.
No quieres que rumiemos en un rincón de la casa nuestro pasado roto, como un animal herido, sino que celebremos la fiesta de todos los hermanos, vestidos de gala y de perfume, entrando en tu alegría.

Te pedimos en el Padre Nuestro : <<Perdónanos como perdonamos>>.
Hoy te pedimos todavía más : Enséñanos a perdonar a los demás
y a nosotros mismos como tú nos perdonas a nosotros.